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sábado, 23 de mayo de 2009

María de Zayas


María de Zayas Sotomayor nació en Madrid, el 12 de Noviembre de 1590. Novelista española del Siglo de Oro, la más importante junto con Mateo Alemán y Miguel de Cervantes, y una temprana feminista junto a su contemporánea Juana de Asbaje Ramírez, más conocida como Sor Juana Ines de la Cruz.
Era hija del capitán de infantería Fernando de Zayas y Sotomayor y de María de Barasa. Vivió algún tiempo en Zaragoza. Se cree que pudo residir también en Sevilla o Granada. En cuanto a la fecha de su fallecimiento, existen dos partidas de defunción a nombre de María de Zayas, una del 19-I-1661 y la otra del 26-IX-1669; no se poseen datos de ella desde 1639. Durante su estancia en Zaragoza publicó la primera parte de sus Novelas amorosas y ejemplares o Decamerón español (1637), un grupo de diez novelas cortesanas que analiza los estratos sociales superiores de su época y en la que se percibe influjo de Miguel de Cervantes. Al contrario que otros novelistas contemporáneos suyos, no pretende exhibir un ingenio cortesano complicando el estilo ni hacerse pasar por sermoneadora, sino que le interesan la amenidad narrativa, la psicología de los personajes y los ambientes en que se mueven. Además, en sus denuncias de injusticias indignantes reflejan independencia y orgullo feminista. La segunda serie está compuesta por Novelas y saraos (Barcelona, 1647) y Parte segunda del Sarao y entretenimientos honestos (1649), reeditados como Desengaños amorosos. Este segundo grupo de novelas intensifica los argumentos truculentos y escabrosos. Compuso además la comedia La traición en la amistad. Se conservan también algunas poesías suyas en diversas antologías, pero de calidad inferior a su prosa.

Lope de Vega la elogia en la silva VIII de su El laurel de Apolo, a lo que ella correspondió homenajeándolo en un soneto. «Sibila de Madrid» la llama en La Garduña de Sevilla Alonso de Castillo Solórzano.
Para María de Zayas, "las almas no son hombres ni mujeres". Era muy aficionada a la lectura, como dice en el prólogo "Al que leyere" de Novelas amorosas y ejemplares:
De la burla picaresca pasa al motivo barroco por excelencia: el Desengaño, que es a veces notación de la injusta burla de las mujeres por los hombres y, en otras, expresión dolorida de la imposibilidad de los sexos para vivir lealmente y en armonía, tan distintas son las fuerzas que los gobiernan. En La esclava de su amante, La inocencia castigada, El verdugo de su esposa o Mal presagio casar lejos, un hado siniestro domina las vicisitudes amorosas. De la carcajada en El castigo de la miseria se pasa a la melancolía y el pesar de Estragos que causa el vicio, última narración y despedida aparente de la autora. No hay dignidad en el amor.
Lisis entra en un convento al final de las novelas y por ello muchos de sus críticos y editores han supuesto que ése fue el destino último de doña María. Azorín se la imaginaba en una buhardilla madrileña, mirando los tejados lluviosos y los gatos vagabundos.

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